Mientras se asa la ventresca es momento de preparar la salsa que la acompañara, para ello emplearemos una sartén o cazo medianos, echaremos un chorro generoso de aceite de oliva y doraremos los ajos laminados, una vez que cojan un poco de color es momento de verter el medio litro de vino blanco Ribeiro, la pimienta molida al gusto (no excederse) y el perejil fresco, y dejaremos que se reduzca todo ello un poco mientras se termina de preparar la ventresca
Hay partes de él, como la ventresca que resultan suaves, delicadas y exquisitas. Pues el truco, si se le puede llamar así, esta en la paciencia, en la reducción de la salsa y, claro está, en la genial combinación de la miel y la mostaza
El origen del nombre no queda muy claro, para algunos historiadores la palabra “sorra” tieneorígenes árabes debido a que existe un vocablo que significa parte del vientre, también conocido por ventresca y que casualmente coincide en su pronunciación